TSMC, el gigante taiwanés de semiconductores, revela que aproximadamente la mitad de sus 2,200 empleados en la planta Fab 21 de Arizona provienen de Taiwán, una situación que ha generado controversia en el mercado laboral local.
La compañía había prometido inicialmente crear empleos para residentes locales cuando anunció el proyecto en 2020. Sin embargo, la decisión de traer más de 1,000 trabajadores especializados desde Taiwán provocó el descontento de los sindicatos de Arizona, quienes argumentan que estas posiciones deberían haber sido ocupadas por trabajadores estadounidenses.
La situación se complicó aún más cuando surgieron diferencias en las políticas laborales. Los empleados reportaron que TSMC implementaba horarios extendidos de trabajo, una práctica poco común en Estados Unidos. Adicionalmente, la empresa enfrenta una demanda por discriminación racial, alegando preferencias hacia empleados taiwaneses en las promociones.
A pesar de las controversias actuales, TSMC ha anunciado planes para aumentar la proporción de trabajadores estadounidenses en los próximos cinco años, conforme avance la expansión de Fab 21. El proyecto completo, dividido en tres fases, proyecta crear aproximadamente 6,000 empleos bien remunerados.
Sin embargo, existe incertidumbre sobre la composición del personal para las siguientes fases del proyecto. Las fases 2 y 3 de Fab 21 implementarán tecnologías más avanzadas (N3, N2 y A16) que requieren diferentes equipos y experiencia específica. Esto podría llevar a TSMC a traer más trabajadores especializados desde Taiwán para garantizar una implementación exitosa.
La transición hacia una mayor participación de trabajadores estadounidenses dependerá en gran medida de la capacitación efectiva del personal local y la transferencia de conocimientos técnicos especializados.