La Capilla de San Pedro en Lucerna, Suiza, ha dado un paso revolucionario al instalar un 'Jesús AI' - una versión de inteligencia artificial de Jesucristo que puede interactuar con los visitantes en 100 idiomas diferentes.
La instalación artística experimental, llamada "Deus in machina", coloca a este Jesús digital dentro del confesionario tradicional de la iglesia. A través de una pantalla, los visitantes pueden ver la imagen de un Jesús de cabello largo que responde preguntas en tiempo real.
"Fue realmente un experimento", explica Marco Schmid, teólogo de la iglesia. "Queríamos ver y entender cómo reaccionaría la gente ante un Jesús AI. ¿De qué hablarían con él? ¿Habría interés en conversar?"
Durante los dos meses que duró el experimento, más de 1,000 personas interactuaron con el avatar, incluyendo musulmanes y turistas de lugares tan lejanos como China y Vietnam. Según los datos recopilados de más de 230 usuarios, aproximadamente dos tercios reportaron haber tenido una "experiencia espiritual".
"Aunque es una máquina, me dio muchos consejos desde una perspectiva cristiana. Me sentí cuidada y salí muy consolada", comentó una visitante tras su experiencia.
Sin embargo, la instalación no ha estado exenta de críticas. Algunos miembros de la comunidad católica protestaron por el uso del confesionario, mientras que colegas protestantes cuestionaron el uso de imágenes de esta manera. El profesor de ética Peter Kirchschläger advierte que "debemos ser cuidadosos cuando se trata de fe y atención pastoral".
La iglesia aclara que estas interacciones no deben considerarse como el Sacramento de la Confesión y advierte a los usuarios que no compartan información personal. A pesar del éxito del experimento, Schmid considera que no sería apropiado mantener el avatar de forma permanente debido a la gran responsabilidad que implica.
Esta innovadora iniciativa refleja un momento fascinante en la intersección entre tecnología y religión, planteando importantes preguntas sobre el papel que la inteligencia artificial podría desempeñar en la práctica religiosa del futuro.