Intel enfrenta una demanda colectiva por presuntos defectos en sus procesadores Raptor Lake de 13ª y 14ª generación, según documentos judiciales presentados en Delaware, Estados Unidos.
La demanda, presentada el 14 de noviembre, alega que Intel conocía problemas graves con estos chips desde finales de 2022, pero se negó a emitir un retiro del mercado o reparar los equipos dañados.
Los procesadores Raptor Lake, lanzados en octubre de 2022, han presentado problemas de voltaje elevado durante períodos de inactividad o baja actividad, causando daños permanentes en las computadoras que los utilizan.
Aunque Intel publicó una actualización en septiembre de 2024 para resolver el problema del voltaje, los usuarios afirman que esta solución reduce significativamente el rendimiento del procesador y no repara los equipos ya dañados.
Los demandantes, entre ellos Joshua Brown y William J. Charlton Jr., buscan compensación para todas las personas o entidades que compraron productos Raptor Lake defectuosos. La demanda señala que Intel ha lanzado parches de microcódigo que corrigen el software defectuoso, pero estos no pueden reparar el daño físico ya causado.
Un punto particular de controversia es que, si bien Intel extendió la garantía para quienes compraron los chips por separado, los usuarios con sistemas prearmados (OEM) quedaron sin opciones de reparación, ya que muchas garantías de fabricantes ya expiraron.
La demanda busca certificación como acción colectiva y solicita:
- Compensación por daños
- Prohibición de comercialización de procesadores Raptor Lake
- Programa de reparación o reemplazo
- Restitución de costos
- Daños y perjuicios
Los afectados argumentan que el daño permanente no solo impacta la compra inicial, sino también el valor de reventa futuro de sus equipos.