El panorama tecnológico experimentó un giro dramático en 2024, cuando Silicon Valley logró silenciar efectivamente las voces que advertían sobre los peligros existenciales de la inteligencia artificial.
El año comenzó con un ambiente tenso tras la controversia de OpenAI y Sam Altman en 2023, junto con múltiples llamados de precaución por parte de científicos y tecnólogos. Sin embargo, los gigantes tecnológicos y capitalistas de riesgo rápidamente cambiaron la narrativa.
Marc Andreessen, cofundador de a16z, lideró esta contraofensiva con su ensayo "Por qué la IA salvará al mundo", promoviendo una visión optimista y rechazando las advertencias sobre riesgos catastróficos. Esta perspectiva ganó terreno rápidamente en 2024.
La batalla más notable ocurrió en California con el proyecto de ley SB 1047, que buscaba prevenir eventos catastróficos causados por sistemas avanzados de IA. A pesar del respaldo de reconocidos investigadores como Geoffrey Hinton y Yoshua Bengio, el gobernador Gavin Newsom vetó la iniciativa.
Los inversores de capital de riesgo, especialmente Y Combinator y A16Z, orquestaron una campaña agresiva contra la regulación, argumentando que obstaculizaría la innovación y el desarrollo tecnológico.
El presidente electo Donald Trump anunció planes para revocar la orden ejecutiva sobre IA de Biden, mientras designaba a Sriram Krishnan, veterano de a16z, como su asesor principal en temas de IA.
Para finales de 2024, el enfoque se había desplazado hacia preocupaciones más inmediatas como la moderación de contenido y la protección infantil, dejando en segundo plano las advertencias sobre riesgos existenciales.
La industria tecnológica logró su objetivo: mantener el desarrollo de IA libre de regulaciones estrictas, priorizando la innovación y el crecimiento económico sobre las preocupaciones de seguridad a largo plazo.