Los propietarios del polémico Cybertruck de Tesla enfrentan una nueva preocupación: la sexta retirada del mercado en lo que va del año. Esta vez, el problema se centra en un defecto que podría causar que el vehículo "deje de producir torque" repentinamente mientras está en movimiento.
La última retirada, anunciada por Tesla a través de la Administración Nacional de Seguridad del Tráfico en Carreteras (NHTSA), afecta a 2,431 unidades y requiere una visita al taller para reemplazar los inversores de transmisión defectuosos, a diferencia de otras actualizaciones que se realizaban remotamente.
Según Karl Brauer, analista ejecutivo de iSeeCars, aunque es común que los modelos nuevos tengan retiradas durante su primer año, el Cybertruck muestra un patrón preocupante. Con seis retiradas hasta la fecha, su desempeño es inferior al 91% de otros vehículos del año 2024.
Sin embargo, los expertos señalan que esto parece no afectar a sus compradores principales. Ivan Drury, director de análisis en Edmunds, indica que los clientes del Cybertruck no priorizan la calidad de construcción ni la seguridad. "Las personas que lo compran no lo hacen para usarlo como una camioneta real", explica.
El impacto en el mercado ya es visible. Los precios de reventa han caído dramáticamente, desde $175,000 en abril hasta aproximadamente $110,864 en la actualidad. Tesla ahora acepta pedidos sin reserva previa, con tiempos de entrega de dos a tres semanas, lo que sugiere una demanda menor a la esperada.
Las limitaciones regulatorias también afectan su expansión global. Por ejemplo, en Europa, el diseño angular del vehículo no cumple con las normas de seguridad para peatones, restringiendo su venta en estos mercados.
A pesar de las promesas iniciales de Elon Musk sobre ventas masivas, los datos actuales sugieren un mercado más reducido. Los análisis de Edmunds indican que, a diferencia de otras camionetas, el Cybertruck no está siendo utilizado para propósitos tradicionales de trabajo, sino más bien como símbolo de estatus.
Aunque estas retiradas podrían no preocupar a los compradores actuales, el impacto en la reputación general de Tesla y sus accionistas podría ser considerable, especialmente considerando que estas deficiencias técnicas requieren soluciones físicas y no pueden resolverse mediante actualizaciones de software.