La Unión Europea enfrenta una fuerte oposición a sus regulaciones digitales por parte de importantes figuras tecnológicas y políticas estadounidenses. El presidente electo Donald Trump, junto con los líderes de las principales empresas tecnológicas Elon Musk y Mark Zuckerberg, han iniciado una ofensiva contra las normativas digitales europeas.
La batalla se centra principalmente en las multas multimillonarias impuestas por la UE a empresas tecnológicas estadounidenses como Apple, Google y Facebook en los últimos años. Mark Zuckerberg, CEO de Meta, criticó abiertamente a la UE por imponer sanciones que superan los 30 mil millones de dólares al sector tecnológico estadounidense.
En un giro sorprendente, Zuckerberg anunció su apoyo a Trump, declarando que trabajarán juntos para "defenderse de los gobiernos que atacan a las empresas estadounidenses". Este movimiento marca un cambio notable en su relación, considerando que Meta había bloqueado las cuentas de Trump tras los eventos del Capitolio en 2021.
Por su parte, Elon Musk, quien ocupará un cargo relacionado con la eficiencia gubernamental en la próxima administración Trump, ha expandido su influencia política en Europa. El propietario de X (anteriormente Twitter) ha intervenido en debates políticos en Reino Unido y Alemania, donde muestra su respaldo al partido de extrema derecha AfD.
La situación ha generado preocupación en Bruselas, donde diplomáticos europeos advierten sobre los riesgos que representa la combinación de recursos tecnológicos sustanciales con agendas ideológicas definidas. Como respuesta, el Parlamento Europeo ha programado un debate sobre la influencia de Musk y el futuro de la regulación digital en la UE.
Esta confrontación representa un desafío sin precedentes para la autoridad reguladora de la UE en el espacio digital, mientras busca mantener el equilibrio entre la innovación tecnológica y la protección de los intereses públicos europeos.